Volviendo de la compra
El balcón del despacho da al jardín. Sucede, en ocasiones, que te asomasmientras vuelvo del árbol –que aquí, sabes, es un supermercado- y me preguntode dónde habrás huido, cómo puedeser que al final estés aquí, a mi lado,o mejor dicho allí, sobre el balcóncontrolando mi avance lento, dócil.No lo puedo explicar porque es mentira. Pero puedo escribirlo y releeruna vez y otra vez los ocho versosde la primera estrofa del poema:y tú me podrás ver, desde lo alto,Avanzando palabra por palabra,cada paso más corto, cada vez más despacio,dócil, como caído de un árbol. .
2 comments:
Siempre dócil, pero afilado.
Esta vez me gusta. Y me alegro de que me guste.
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