Si es viernes por la tarde lo parece.
Camina solo, a destiempo. En sus oídos
suena un aria de no sabe qué muerto
y sueña con las chicas que no están.
La tarde es gris –y casi parda y fría–
y entra en la biblioteca.
Deja a Gayo encerrado y más a gusto
y camina ligero hacia la luz
quimérica del bar.
“Si es viernes por la tarde lo parece”
le dice al camarero y no contesta.
Bebe. Vuelve a beber. Paga y se marcha.
En otro tiempo hubiera dicho adiós.
Y en otro aún más lejano
les hubiera dejado una propina.
Ben Clark
8.X.2010
1 comment:
Magnífico poema sobre la vida cotidiana de un estudiante. El tono de melancolía contenida me sugiere una sensación de monotonía, con un trasfondo de hastío y desencanto.
Un saludo.
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