Cuando irrumpió el amor no estaban preparados,
se miraron sin decirse,
se miraron obsoletos y al fondo se caían los edificios.
Irrumpió el amor así, sin permiso, sin fiestas,
y el mundo se caía porque era ya muy tarde,
porque había llegado ya muy tarde,
pero de todos modos y contra todo
irrumpió el amor.
Se tocaron las manos cubiertas de polvo,
apenas ya podían mirarse por el humo,
habían pertenecido a los bastardos, eran los bastardos
y ninguno de los dos comprendía esa palabra.
De pronto y con la urgencia se amaron sin saber,
de pronto y con urgencia copularon adormecidos,
sedados por la determinación, por el ruido y el humo
llegaron al orgasmo juntos, un minuto antes
de la explosión final,
y hubiera nacido un niño y hubieran sido felices
pese a todo, contra todo.
Juan Cabárceno
(Burgos. 1988)
(Burgos. 1988)
1 comentario:
Me mola bastante.
Es el segundo poema que pones de este joven poeta. Y promete.
¿Tiene algo publicado?
Publicar un comentario