Los libros me engañaron.
(Era mentira la inmortalidad.
Y eran mentira la fama y la gloria.
Menos mal.)
Para engañar a los libros escribí éste.
(Era mentira la inmortalidad.
Y eran mentira la fama y la gloria.
Menos mal.)
Para engañar a los libros escribí éste.
Ángel Guinda (Zaragoza. 1948)
Poemas para los demás.
Olifante. Ediciones de Poesía.
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